When I met Papa Monkey he couldn't speak any Spanish, at all. Okay, to be fair he could say 'cerveza' (beer), 'gato' (cat) and some mexican dishes with a, let's say, interesting accent. My English wasn't that great back then, either. I hadn't studied it since high school and I was used to the British accent. Maybe my grammar was ok, but I wasn't anywhere close to being fluent. I wish we had recorded some of our first conversations, it would be completely hilarious to listen to them now!
One year of friendship, two and a half of long distance relationship and an American wedding later, we decided we would settle in Madrid, Spain for a while. And, still, Papa Monkey's Spanish was like unicorns, non existant. However, there he came, the bravest person I know, I pomise. Two weeks after he arrived, he fumbled through family conversations and he could understand absolutely everything! He would go downtown Madrid, get to places, talk to people... I admire him so much! Even more, during our stay in Madrid, he completed a Master's there, in Spanish! And he passed the exams, turned out papers and even gave presentations.
Even though his Spanish kept getting better and better and his accent is great, I still talked to him in English like 95 percent of the time until the Little Monkey was born. Now, that Spanish is more present in our home, we are constantly code switching. Funnily enough, Papa Monkey usually starts in Spanish and I am usually the one changing to English.
We are telling you this so you have an idea of the language scenario in our house. There is a lot of mixing and switching! Now that, thank to the blog, we are reading more about multilingual and multicultural families, we feel like many parents might think that we are using the wrong approach. As I explained before (here and here), we use the OPOL strategy, however we are not strict. But, how could we be strict with the Little Monkey when we are not strict ourselves? Anyhow, we consider that the exposure to both languages is more than enough. Maybe he is more exposed to Spanish, since he spends more time with Mama Monkey, but it will be the minority language in the future (since we live in the US), so it seems to be convenient. And if, in the future, we realize this is not working for us, we will change our strategy. This is part of this blog's propose, telling you about our learning process as new parents of a bilingual kid.
Cuando conocí a Papá Monkey no sabía nada de castellano, ¡pero nada de nada! Bueno, para ser justa sabía decir "servesa", "gato" y algunos platos de cocina mexicana, como "juevos rancheros" o "quisadilas". Y mi inglés tampoco era para tirar cohetes. No lo había estudiado desde el instituto y estaba acostumbrada al acento británico. Puede que de gramática no fuera mal del todo, pero no tenía nada de fluidez. Ojalá hubiéramos grabado algunas de nuestras primeras conversaciones, ¡nos partiríamos de risa al escucharlas ahora!
Un año de amistad, dos y medio de relación a distancia y una boda americana después, decidimos que nos instalaríamos en Madrid durante una temporada. Y todavía el castellano de Papá Monkey era como los unicornios, no existía. Aún así, se vino. Es la persona más valiente que conozco, lo prometo. Dos semanas después de su llegada, ya chapurreaba bastante y ¡entendía absolutamente todo! Se iba él sólo al centro, llegaba a los sitios sin problema, hablaba con la gente... ¡Súper admirable! Es más, durante nuestra estancia en Madrid, estudió un Máster, ¡en castellano! Y aprobó todos los exámenes, entregó todos sus trabajos e incluso hizo presentaciones.
A pesar de que su castellano mejoraba día a día y con un acento buenísimo, yo aún hablaba con el como el 95 por ciento del tiempo hasta que nació el monete. Ahora que el castellano está más presente en la casa, cambiamos constantemente de idioma (lo que se conoce como "code switching"). Lo más gracioso es que Papá Monkey generalmente empieza hablando en castellano y yo soy la que normalmente acaba cambiando al inglés.
Os contamos esto para que os hagáis una idea del escenario lingüístico en nuestra casa. Hay un montón de mezcla y cambio de idioma. Ahora que, gracias al blog, estamos leyendo más sobre familias multilingües y multiculturales, sentimos que muchos padres pueden pensar que lo estamos haciendo fatal. Como ya hemos explicado (aquí y aquí), utilizamos la estrategia OPOL, aunque no somos estrictos. Pero, ¿cómo ser estrictos con el peque cuando no lo somos entre nosotros? De todas maneras, consideramos que el tiempo durante el cual el niño está expuesto a cada idioma es suficiente. Quizá ahora escucha más castellano, ya que pasa más tiempo con Mamá Monkey, pero será el lenguaje minoritario en el futuro (por vivir en EEUU), por lo que parece hasta conveniente. Y si, más adelante, nos damos cuenta de que algo no funciona, pues cambiaremos de estrategia. Es parte del propósito de este blog, hablaros de nuestro aprendizaje como nuevos padres de un niño bilingüe.
Marcos tiene mucha suerte de tener dos idiomas en casa y sobretodo de tener papis como vosotros que se preocupan tanto y tan bien por su aprendizaje de ambas lenguas!
ReplyDeleteUn besito
Gracias, Carol. Besos
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